Una noche fue suficiente para que el gran escritor
Juan León Mera, hiciera la letra de nuestro Himno Nacional; cómo no iba a inspirarse
si vivimos rodeados de Mágicos Paisajes; sí somos Herederos de la valentía y
perseverancia de nuestros héroes, si somos nacidos en esta tierra bendecida
llena de gloria.
El himno Nacional, que con orgullo y civismo se
escucha en todos los rincones del mundo, donde esta un Ecuatoriano, lo llevamos
en la sangre porque al cantarlo viene a nuestra imaginación aquellas Batallas
emprendidas por los héroes de nuestra Nación como ejemplo de lucha diaria hasta alcanzar la libertad y en nuestros días
las Batallas por liberarnos del hambre, la pobreza y discriminatoria que aqueja
a nuestro pueblo.
Saludo al glorioso Himno Nacional de nuestro Ecuador en su
día.
Texto que se canta
CORO
¡Salve,
oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria, gloria a ti! Ya tu pecho rebosa gozo y paz, y
tu frente radiosa más que el sol contemplamos lucir.
ESTROFA
Los
primeros los hijos del suelo que, soberbio, el Pichincha decora te aclamaron
por siempre señora y vertieron su sangre por ti. Dios miró y aceptó el
holocausto, y esa sangre fue germen fecundo de otros héroes que atónito el
mundo vio en tu torno a millares surgir. Partes que se suelen cantar de nuestro
Himno de 52 versos, que forman un coro y seis estrofas.”1 Himno Nacional del
Ecuador
Coro
¡Salve,
oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria, gloria a ti! Ya tu pecho rebosa gozo y paz, y
tu frente radiosa más que el sol contemplamos lucir.
ESTROFAS
I
Indignados
tus hijos del yugo que té impuso la ibérica audacia, de la injusta y horrenda
desgracia que pesaba fatal sobre ti, santa voz a los cielos alzaron, voz de
noble y sin par juramento, de vengarte del monstruo sangriento, de romper ese
yugo servil. Salve, oh Patria…
II
Los
primeros, los hijos del suelo que, soberbio, el Pichincha decora te aclamaron
por siempre señora y vertieron su sangre por ti. Dios miró y aceptó el
holocausto, y esa sangre fue germen fecundo de otros héroes que, atónito el
mundo, vio en tu tomo a millares surgir, Salve, oh Patria…
III
De
esos héroes al brazo de hierro nada tuvo invencible la tierra, y del valle a la
altísima sierra se escuchaba el fragor de la lid; tras la lid la victoria
volaba, libertad tras el triunfo venía, y al león destrozado se oía de
impotencia y despecho rugir. Salve, oh Patria…
IV
Cedió
al fin la fiereza española, y hoy, oh Patria!, tu libre existencia es la noble
y magnífica herencia que no dio el heroísmo feliz: de las manos paternas la
hubimos, nadie intente arrancárnosla ahora, ni nuestra ira excitar vengadora
quiera, necio o audaz contra sí. Salve, oh Patria…
V
Nadie,
¡oh Patria!, lo intente. Las sombras de tus héroes gloriosos nos miran, y el
valor y el orgullo que inspiran son augurios de triunfos por ti. Venga el
hierro y el plomo fulmíneo, que a la idea de guerra y venganza se despierta la
heroica pujanza que hizo al fiero español sucumbir. Salve, oh Patria…
VI
Y
si nuevas cadenas prepara la injusticia de bárbara suerte ¡gran Pichincha!
prevén tú la muerte de la Patria y sus hijos al fin; hunde al punto en tus
hondas entrañas cuanto existe en tu tierra: el tirano huelle solo cenizas y en
vano busque rastro de ser junto a ti. Salve, oh Patria…